viernes, 7 de septiembre de 2012 in

Pochas con rabo de cerdo



Pochas con rabo de cerdo


Es tiempo de pochas y también de codornices, aves galliformes, ariscas y escurridizas, reinas de la media veda y de los fogones agosteños que los paladares riojanos disfrutan, disfrutamos de lo lindo, como uno de los manjares más predicamentosos  de la gastronomía riojana, en los días cercanos a su Virgen de agosto y mediodías septembrinos próximos a las fiestas mateas.

Esta temporada estamos en época más de exquisitas pochas que de codornices a las que difícilmente podemos ver, salvo cuando los perros de caza las levantan de las soleadas rastrojeras obligándolas a rasear una distancia que por lo general es muy corta. Me comenta mi agricultor que: “este año se ha presentado con desigual perspectiva, escasez de especies y situación tan irregular que será difícil tener una docena para poder degustar con esas pochas aderezadas con una buena fritada y es que ya no existen ni eriales, ni rastrojeras, ni acequias en las que puedan resguardarse. Se ha enfardado con rapidez, no dejando paja para su refugio y la sequía ha sido como aquellas, pertinaz”.

Como es un guiso de verdura y más, les recomiendo las preparen con esta receta sustitutiva y heredada oralmente de los ancianos de mi pueblo.



Ingredientes
1,5 kg de pochas.
800 g de rabo de cerdo ibérico.
1 cebolla.
2 pimientos verdes.
2 tomates naturales maduros.
Aceite de oliva, sal y agua mineral.

Elaboración

Se limpian los rabos de cerdo y se cuecen a fuego medio en una cazuela con agua y sal durante unas 4 horas (se va desgrasando la superficie del agua durante la cocción). Se pelan las pochas y se ponen en un puchero con agua (unos 4 dedos por encima) junto a la verdura en entero, la sal y un chorro de aceite. Se cuecen a fuego lento las verduras y las pochas hasta que estén a punto calculando que terminen de hacerse más o menos a la vez que los rabos de cerdo durante unos 50 o 55 minutos.
Se remueve lo menos posible. Una vez cocinadas, se recuperan las verduras, se pasan por la túrmix, se cuelan si lo estimamos y se vuelve a introducir la verdura ya triturada en el puchero después de pasarla por un colador fino.
Se mueve bien, siempre con mucho cuidado ya que se pueden romper las pochas, y se pone a punto de sal.

Acabado y presentación

Se incorporan los rabos cocidos al puchero de pochas y se guisa a fuego lento durante unos 10 minutos más, hasta que todos los elementos se mezclen bien y se unan los sabores.
Antes de sentarme a la mesa les dejo uno de esos mis trucos utilizados cuando cocino legumbres: elijan una boina de barro, ideal que sea de Navarrete, lo bastante ancha para que las pochas no se amontonen. Así se cocinarán uniformemente y no se aplastarán las del fondo.
Y ahora fiel a un aforismo catalán, “a la mesa y a la cama, a la primera voz”, me voy cagando leches, que en un Rincón para Doce comemos a la una y siempre llego a los postres. Adiós.


Texto y fotografías de La Medusa Paca. Copyright ©

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