sábado, 10 de marzo de 2012 in

Bálsamo de primavera

La Medusa quiso contemplar el espectáculo tantas veces visto y vivido. Espectáculo natural incomparable: la floración de los almendros, desde el Mirador de los Almendros. Yo sabía, como no lo voy a saber si soy de allí, que Grávalos florecía en primavera y es por ello por lo que allí me trasladé.

El Moncayo nevado al fondo, el cierzo soplando fuerte y frío, a su estilo, el cielo azul mediterráneo y los buitres sobrevolando las laderas peñascosas de Peña Herrera y Peña Redonda, como si quisieran acercarse a tomar un poco de té de piedra que por allí se cría y ya empieza a tomar sazón, acompañaron nuestro paseo.

Me acerqué, nos acercamos, en coche, las canas mandan, queríamos hacer el recorrido, que conocía y no se me ha olvidado, recorriendo Las Cabañuelas, La Palancona y Los Pedrugales. De no ser canosos nos hubiera gustado hacerlo a pie, como tantas veces, siendo jóvenes, lo hicimos. 

¡Ya está aquí La Primavera! Respiré y lancé el grito al aire para inhalar los olores de mi tierra y comprobar como las abejas comenzaban, desesperadamente, a libar de flor en flor y es que aquí las primaveras son breves.

Recordé a las yuntas arrastrando el timón del arado por los caminos y a los rebaños, hoy me dicen no existen muchos, agradecer la hierba nueva de las laderas y altozanos y despuntar las mimbreras en el borde del barranco y me acerqué hasta las huertos para ver si ya se había hincado el lechuguino, el cebollino y los manojos de coletas. Extasiado por la belleza, recordé a las cuajadas, petirrojos y cardelinas y sentándome en una rectangular losa en la que las ovejas, probablente,  tomaban la sal y, como una diversión, me salieron a borbotones éste: 

Bálsamo de primavera

¡Campos de Grávalos!
Escaparate que os mostráis
 como algodonosos campos
 de almendros en flor,
siendo bálsamo del alma
en tiempos de penurias tortuosos.

¡Campos de Grávalos!

Escaparate que os mostráis
siendo caricia de seda,
multicolor terciopelo
 de vista cansada,
sensitivo y sensual
donde habitan las aves,
donde se esconden los sapos
 de verdad optimizada,

¡Campos de Grávalos!

Campos de almendros
 nevados de flor,
de leñosos troncos
 y ramas peladas
con vida continua,
 estallido multicolor
 de parajes nervudos,
en peñas Redonda y Herrera
costillares de Yerga 
con marcada de Hongañón
y Pedrugales,
en hectáreas pobladas
de árboles despiertos,
 marrones, ramosos...
entre riscos y riscos
y aulagas,
rocas peladas,
de arroyo canto.

¡Campos de Grávalos!

Explosión de color en primavera,
rosas intensas iniciando el fucsia y el violeta,
rosas desmayadas
 que parecen blancas,
rosas tupidas de algodones de feria,
rosas livianas como globos de fuego chinescos,
y algún que otro inmaculado blanco
 de algún almendro despistado,
tradición de habitantes unidos a la tierra.


¡Campos de Grávalos!
ebullición floral
orbitando en espectáculo,
que yo quiero difundirlo,
¡Campos de Grávalos!



Nº 15  PRJP-Santiago de la Ribera, Murcia, 2012.
Para Jorge Abad Sáez, alcalde de mí pueblo, y toda su Corporación capaces de construir, a ningún otro se le ocurrió, ese Mirador de Primavera Ensoñada.
 
 Fotografías y texto de La Medusa Paca. Copyright ©

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